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El Sol de Ica: Legado y calidez en cada rincón

En pleno corazón de Ica, a solo unos pasos de la Plaza de Armas, se encuentra el Hotel Sol de Ica, un refugio lleno de historia y calidez, con más de 37 años de tradición. Al frente de este negocio familiar, que ha crecido y evolucionado con el paso de los años, están Félix Criales Añaños y su hija Velveth Criales Ruiz. En una entrevista exclusiva para Diario Central, nos comparten la historia de su legado y su visión para este establecimiento que se ha ganado el cariño de sus visitantes.

Un tenaz crecimiento

La historia del Hotel Sol de Ica comienza hace más de cinco décadas, cuando Félix Criales llegó a la ciudad con la idea de ofrecer algo diferente en el sector hotelero. «Cuando yo vine, había un hotelito en la esquina de la plaza principal, porque esta no es plaza de armas, pero hay cinco plazas de armas», comenta Félix. En un principio, el hotel era modesto, pero con el tiempo, su visión de crear un lugar acogedor se fue materializando poco a poco. A lo largo de los años, fue adquiriendo propiedades cercanas, hasta que logró darle forma a lo que es hoy en día. «Este serrano loco, viene a construir un hotel», recuerda Félix sobre los comentarios de la época, quienes no creían en el proyecto que empezaba a tomar forma. Sin embargo, la perseverancia de Félix y su enfoque en brindar un servicio de calidad lograron posicionar al Hotel Sol de Ica como uno de los más reconocidos de la región.

El nombre del hotel tiene una anécdota curiosa. Félix relata que, durante unas vacaciones en Brasil, vio un letrero que decía «Sol de Botafogo» y pensó, «si acá hay un sol de Botafogo, ¿por qué no puede haber un sol de Ica?». Y así nació el nombre que se convirtió en sinónimo de hospitalidad en la ciudad.

Una arquitectura que refleja la esencia de Ica

Una de las características que distingue al Hotel Sol de Ica es su atmósfera única, que refleja la esencia de la región. Félix ha sido muy cuidadoso en incorporar elementos representativos de Ica en la arquitectura del hotel, como el huarango, el árbol nacional de la zona, y la buganvilia, una flor vibrante que también es parte del paisaje local. «El árbol que crece en el desierto sin riego es el huarango», explica. Con estos elementos como inspiración, el hotel está adornado con huarangos y buganvilias en diversas áreas, desde las habitaciones hasta los pasillos, creando un ambiente cálido y acogedor.

Además, la decoración del hotel incluye elementos característicos de la región, como las botijas, utilizadas para la fermentación del jugo de uva en la producción de pisco, y piedras semipreciosas, que dan un toque distintivo a las instalaciones. «Esas caídas de agua, me gustaría que lo prendan, son piedras semipreciosas», señala Félix sobre los detalles arquitectónicos que hacen del lugar algo especial.

Un lugar acogedor para todos

El Hotel Sol de Ica ha logrado diferenciarse de otros establecimientos de la región no solo por su ubicación privilegiada, sino también por el trato cercano y cálido que ofrece a sus huéspedes. «Somos muy buena gente, somos afectuosos, somos querendones», comenta Félix sobre la filosofía que ha guiado al hotel a lo largo de los años. La hospitalidad y el deseo de ofrecer lo mejor a los visitantes son el corazón de este emprendimiento, y han sido factores claves en su crecimiento.

Con el tiempo, el hotel ha ido evolucionando. Hoy en día, cuenta con modernas instalaciones como piscina, restaurante, bar y salónes para eventos, lo que ha permitido diversificar sus servicios y adaptarse a las necesidades de los turistas y empresarios. A pesar de los cambios, Félix y Velveth destacan que lo más importante sigue siendo el trato humano y personalizado que brindan a cada uno de los que llegan al hotel.

El legado y la familia como pilares del éxito

Al preguntarle sobre la razón de emprender en Ica, Félix comenta que las circunstancias lo llevaron a tomar esa decisión. «Huancayo, mucho frío, Lima, muy grande; Cusco, mucho frío y una cosa así», dice, refiriéndose a cómo fue evaluando distintas ciudades hasta decidir que Ica era el lugar ideal para emprender.

Félix también destaca la importancia de la familia en su vida y en el éxito del hotel. «No hay cosa más grande que la familia», expresa con una sonrisa. Aunque ahora es su hija Velveth quien está a cargo de la gestión del hotel, Félix continúa involucrado en el día a día, a pesar de que, como él mismo dice, «ya es tarea de mis hijos y mis nietos». La familia ha sido un pilar fundamental para la sostenibilidad del negocio, y la tradición continúa, con la esperanza de que el legado perdure por generaciones.

La filosofía de trabajo como clave del éxito

Félix atribuye su éxito a la tenacidad y al trabajo constante. «Trabajo y más trabajo. Ser tenaz, es lo real», afirma, reflejando su espíritu de lucha desde temprana edad. Desde los seis años, fue su padre quien le inculcó el valor del esfuerzo y la perseverancia, algo que ha aplicado a lo largo de su vida y carrera empresarial.

Con una mirada puesta en el futuro, aunque sin proyectos inmediatos de expansión para el hotel, Félix ve este emprendimiento como un legado familiar que continuará siendo un lugar de referencia en Ica. «Ya con mi hijos y nietos , mi hija que vive en Madrid, con los hijos, todo ello», dice al referirse a su deseo de continuar apoyando la evolución del hotel, pero con un enfoque más familiar y menos empresarial.

Una historia de éxito que sigue creciendo

Hoy, con más de 80 años, Félix se siente orgulloso de lo que ha logrado. «Hace días cumplí mis 80 años, he recibido mil halagos, he iniciado la cuestión hotelera, vine con la mía, puse las bases, el medio mundo me reconoce», afirma con humildad. Y aunque el Hotel Sol de Ica es un negocio consolidado, la visión de Félix y su familia sigue siendo la de seguir creciendo, manteniendo siempre la calidad y el servicio que han caracterizado al hotel desde sus inicios.