Las vacaciones han terminado. Atrás quedaron los días de descanso, las comidas indulgentes y la falta de una rutina fija. Ahora, con el regreso a la cotidianidad, muchos buscan recuperar el ritmo y volver al ejercicio con la misma energía con la que dejaron sus entrenamientos antes del verano. Sin embargo, reintegrarse a una rutina fitness después de semanas de pausa no es tarea sencilla. Requiere motivación, disciplina y, sobre todo, una estrategia bien definida para evitar lesiones y asegurar la constancia.
La importancia de un regreso progresivo
Uno de los errores más comunes al retomar el ejercicio es intentar recuperar el nivel previo de inmediato. Forzar el cuerpo tras un periodo de inactividad puede derivar en fatiga extrema, dolores musculares intensos o, en el peor de los casos, lesiones. Lo ideal es iniciar con rutinas de baja intensidad y aumentar progresivamente la carga y la duración de los entrenamientos.
Los expertos recomiendan comenzar con ejercicios funcionales que involucren varios grupos musculares, como sentadillas, planchas y zancadas. Estos movimientos ayudan a reacondicionar el cuerpo y mejorar la movilidad antes de pasar a entrenamientos más exigentes.

Diseña una rutina sostenible
Para que el regreso al gimnasio no sea efímero, es fundamental establecer una rutina realista y adaptable a la agenda diaria. Lo recomendable es fijar objetivos alcanzables, como entrenar tres veces por semana al inicio y aumentar progresivamente la frecuencia.
Algunas estrategias efectivas incluyen:
- Planificar entrenamientos cortos pero efectivos, de 30 a 45 minutos.
- Combinar ejercicios de fuerza y cardio para optimizar el rendimiento.
- Elegir actividades que generen placer, como el yoga, la natación o el boxeo, en lugar de forzarse a rutinas monótonas.
- Escuchar al cuerpo y permitir el descanso adecuado para evitar el sobreentrenamiento.

Nutrición: el combustible clave para un regreso exitoso
El retorno al ejercicio no será efectivo sin una alimentación adecuada. Recuperar el hábito de entrenar implica también reajustar los hábitos alimenticios, privilegiando alimentos ricos en proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos.
Algunos consejos para mejorar la nutrición post-vacacional incluyen:
- Aumentar la ingesta de proteínas para facilitar la recuperación muscular.
- Evitar azúcares refinados y ultraprocesados que generan fatiga y bajones de energía.
- Mantenerse hidratado, ya que una buena hidratación es esencial para el rendimiento deportivo.

Mantener la motivación a largo plazo
Uno de los mayores desafíos al retomar el ejercicio es mantener la motivación. Para evitar caer en la desidia, es recomendable:
- Entrenar con un compañero para fomentar la disciplina y el compromiso.
- Establecer metas realistas y medibles, como correr 5 km en un mes o aumentar la fuerza en ciertos ejercicios.
- Celebrar los pequeños logros, ya que cada avance, por mínimo que sea, representa un paso adelante.
Volver a la rutina fitness después de las vacaciones no tiene por qué ser un proceso tortuoso. Con una planificación adecuada, una estrategia progresiva y un enfoque equilibrado entre ejercicio, nutrición y motivación, es posible recuperar la condición física y disfrutar nuevamente del bienestar que aporta el movimiento.
El verdadero reto no está en volver al gimnasio, sino en convertir el hábito en un estilo de vida duradero y satisfactorio.
Redacción: Anghelo Basauri Escudero