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Alianza Lima asalta La Bombonera: Hazaña inmortal en la Copa Libertadores

El equipo blanquiazul escribió una de las páginas más gloriosas de su historia al eliminar a Boca Juniors en su propio templo tras una infartante tanda de penales.

La noche en que Alianza Lima desafió la historia

La noche del 25 de febrero de 2025 cayó sobre Buenos Aires con la ciudad vestida de azul y oro. En cada rincón, la hinchada xeneize esperaba otra jornada de gloria en la Copa Libertadores, con la confianza de que su equipo remontaría el 1-0 adverso que se había llevado desde Lima. Pero en el otro lado de la historia, en silencio y con determinación, un grupo de jugadores había viajado con la convicción de desafiar la lógica y derribar a un gigante en su propio feudo.

El árbitro dio la orden y el partido arrancó con Boca Juniors lanzado al ataque. Como un huracán en medio de la tormenta, el equipo argentino presionaba sin tregua. La Bombonera rugía con la fuerza de miles de almas que exigían la remontada. Alianza Lima, sin embargo, no se desmoronó. Sostenidos por una defensa bien plantada y un arquero inspirado, los peruanos resistieron los embates con la paciencia de quien sabe esperar su momento.

El golpe inicial llegó temprano. Un desafortunado desborde terminó con un centro venenoso que Miguel Trauco intentó despejar, pero la pelota tomó una trayectoria caprichosa y terminó en su propia portería. El delirio en las tribunas era absoluto. Boca Juniors estaba de vuelta en la serie. Pero lejos de quebrarse, Alianza Lima demostró que no había ido a Buenos Aires a ser víctima.

Un duelo con aroma a epopeya

Pese a la presión, el cuadro blanquiazul comenzó a encontrar resquicios en la defensa local. En el minuto 19, Hernán «El Pirata» Barcos se elevó por encima de la marca tras un tiro de esquina preciso y, con un potente remate de cabeza, venció al arquero xeneize. Gol. Un golpe al corazón de Boca Juniors. La Bombonera pasó del estruendo al silencio sepulcral. El sueño de los peruanos comenzaba a tomar forma.

Pero Boca Juniors no es un equipo que se rinda fácilmente. Con el orgullo herido, y con más garra que fpubtol, el cuadro argentino redobló esfuerzos. Alianza Lima sufría, pero se mantenía de pie. El empate global se rompería cuando, en el minuto 58, un centro preciso encontró la pierna de Kevin Zenón, quien definió con potencia para vencer a Ángelo Campos. El estadio estalló en júbilo. Con el 2-1 a favor de Boca, la serie estaba igualada y el destino se encaminaba a una definición de penales.

El empate que silenció La Bombonera

Los rostros eran de tensión pura. La clasificación a la Fase 3 de la Copa Libertadores se definiría desde los doce pasos. La Bombonera, que minutos antes era una caldera, contenía la respiración. Boca Juniors empezó la serie con un disparo certero. Alianza Lima respondió con la misma efectividad. Uno a uno fueron ejecutando los lanzamientos, sin margen de error. Hasta que llegó el instante decisivo.

El arquero aliancista, convertido en héroe, se estiró para atajar el quinto penal de Boca Juniors. Un guantazo que se sintió como un terremoto en Buenos Aires y como un rugido de gloria en Lima. El último ejecutante de Alianza Lima caminó al punto, respiró hondo y disparó con la frialdad de un depredador. La red se infló. El sueño se había convertido en realidad. Alianza Lima había ganado en La Bombonera.

El duelo de la gloria: penales de infarto

La celebración fue un carnaval. Jugadores, cuerpo técnico e hinchas se fundieron en un abrazo histórico. Más allá de lo futbolístico, este triunfo representa un grito de rebeldía, una prueba de que el fútbol peruano está más vivo que nunca.

El premio económico por la clasificación asciende a 500.000 dólares, una suma que refuerza las arcas del club y permite afrontar con mayor solidez la siguiente fase del torneo, pero el verdadero tesoro es el envío de un mensaje claro: Alianza Lima no solo quiere participar en la Copa Libertadores, quiere hacer historia. Y anoche, en La Bombonera, lo logró.

Redacción: Sebastián Lozada