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Telefónica se despide del Perú: El adiós de una era y el desembarco estratégico de Integra Tec

Con una deuda que supera los 1.200 millones de euros, Telefónica del Perú cambia de manos tras más de tres décadas de operaciones en el país. La adquisición, liderada por José Luis Manzano y su holding Integra Tec, marca una nueva etapa en el mapa empresarial de las telecomunicaciones latinoamericanas.

Un giro estratégico en medio de la tormenta financiera

En una movida que redefine el tablero regional de las telecomunicaciones, Telefónica Hispanoamérica concretó la venta del 99,3% de su participación en Telefónica del Perú (TdP) a la firma argentina Integra Tec International Inc., propiedad del empresario José Luis Manzano. El precio de la operación fue simbólicamente bajo: 900.000 euros, equivalentes a 3,7 millones de soles. Sin embargo, el verdadero peso de la transacción recae en la deuda acumulada por TdP, que supera los 1.200 millones de euros y que la compradora deberá asumir como parte de su ambicioso plan de rescate financiero.

Un nuevo jugador entra al tablero peruano

La compra no solo implica la transferencia accionaria, sino también la cesión de un crédito financiero por 1.549 millones de soles (alrededor de 366.000 euros) que aún no ha sido desembolsado en su totalidad. Esta inyección de capital, bajo la dirección de Integra Tec, buscará mantener la continuidad operativa de la empresa y avanzar con su estabilización, en un contexto donde TdP ofrece servicios a más de 13 millones de usuarios peruanos, tanto en zonas urbanas como rurales.

El paso no es menor. Telefónica, que lleva más de tres décadas operando en Perú, opta por cerrar un capítulo y concentrarse en otros mercados tras una serie de desinversiones en América Latina. Antes de esta operación, la firma ya había vendido su filial argentina a Telecom por 1.200 millones de euros y su filial colombiana a Millicom por 367 millones.

El hombre detrás del holding: ¿quién es José Luis Manzano?

Pocas figuras del ecosistema empresarial argentino tienen un perfil tan multifacético como José Luis Manzano. Exministro del Interior en los años ’90, se reinventó como empresario y hoy lidera Integra Capital, un holding con inversiones en sectores tan diversos como telecomunicaciones, energía, minería, medios y servicios públicos.

Además de su liderazgo en Integra Tec, Manzano es uno de los accionistas del Grupo América –el segundo conglomerado de medios más importante de Argentina– y, junto a su socio Daniel Vila, adquirió la distribuidora de energía Edenor por 200 millones de dólares en 2021. La reciente designación de Germán Ranftl, director financiero de Edenor, como presidente del directorio de TdP, es una señal clara de la intención del grupo: profesionalizar la gestión, reestructurar las finanzas y devolverle solidez operativa a una empresa que fue emblema de conectividad en el país.

¿Qué implica esta venta para el Perú?

Más allá del cambio de propiedad, la operación tiene una carga simbólica. Telefónica del Perú fue durante años una de las principales proveedoras de servicios de telefonía fija, móvil e internet del país. Su presencia marcó un hito en la modernización tecnológica de las últimas décadas. Pero también quedó atrapada en un ecosistema desafiante, marcado por altos niveles de deuda, crecientes exigencias regulatorias y un mercado cada vez más competitivo.

La venta coincide con la solicitud de un Procedimiento Concursal Ordinario de Reestructuración (PCO-R) presentado por la propia filial ante Indecopi en febrero, lo que evidencia el deterioro financiero de la compañía. Integra Tec deberá ahora no solo hacerse cargo de la deuda, sino también demostrar su capacidad de gestión para asegurar la continuidad del servicio sin afectar a millones de usuarios.

Transformación regional: el repliegue estratégico de Telefónica

Lo que ocurre en Perú no es un hecho aislado. En los últimos años, Telefónica ha ido ejecutando una retirada gradual de los mercados latinoamericanos. La estrategia apunta a centrarse en regiones más rentables, reduciendo exposición en zonas donde la rentabilidad no compensa el riesgo financiero. La venta en Perú es la tercera que concreta la multinacional española en América Latina en un corto periodo, confirmando una tendencia de repliegue corporativo.

Esta estrategia responde, entre otros factores, a la necesidad de mejorar sus indicadores financieros a nivel global. Con una deuda corporativa consolidada superior a los 26.000 millones de euros, la compañía busca alivianar su carga mediante la venta de activos no estratégicos.

Telecomunicaciones en Latinoamérica: un mercado en transición

La venta de TdP refleja también un momento de transformación profunda en el mercado regional de las telecomunicaciones. La competencia se ha intensificado con nuevos jugadores, las exigencias tecnológicas han aumentado –especialmente con la llegada del 5G– y la presión por ofrecer servicios más accesibles y eficientes es cada vez mayor.

En este escenario, empresas como Integra Tec apuestan a capitalizar oportunidades mediante la compra de activos en crisis, confiando en su experiencia para revertir situaciones complejas y obtener rentabilidad a mediano plazo. Un modelo de negocio audaz, pero no exento de riesgos.

¿Qué viene ahora para TdP?

El nuevo directorio deberá ejecutar un delicado equilibrio: por un lado, avanzar con la reestructuración financiera y operativa; por el otro, preservar la calidad del servicio y la confianza de los usuarios. El contexto no es fácil, pero la promesa de estabilización y modernización que trae Integra Tec abre una ventana de optimismo moderado.

Una de las primeras acciones será lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) para comprar el 0,7% restante de las acciones, dirigido a los accionistas minoritarios. Con ello, la empresa buscará consolidar completamente su control accionarial y avanzar con el rediseño estratégico de la compañía.

Una nueva era para las telecomunicaciones en Perú

La salida de Telefónica marca el fin de un ciclo. La llegada de Integra Tec, por su parte, abre interrogantes pero también oportunidades: nuevas inversiones, visión renovada, y quizás, una estrategia más adaptada a los retos locales. Lo cierto es que el escenario cambia, y con él, también la narrativa del sector.

Para quienes observan de cerca el pulso económico del país, este movimiento no es solo una operación corporativa: es un símbolo de las mutaciones que atraviesa América Latina. Un continente donde, en medio de turbulencias y reestructuraciones, aún late la promesa de una mejor conectividad.