En los últimos años, la moda sostenible ha emergido como una respuesta necesaria ante los efectos contaminantes de la industria textil, una de las más dañinas para el planeta. En Perú, esta tendencia está ganando fuerza gracias a iniciativas como las tiendas de segunda mano y la promoción de una economía circular en grandes espacios comerciales como el Jockey Plaza. La moda sostenible no solo busca reducir el impacto ambiental, sino también fomentar un consumo más consciente y responsable en la población.
El auge de la moda sostenible en Perú
Perú ha comenzado a sumarse al movimiento global de la moda sostenible con proyectos locales que están cambiando la forma de consumir. El Jockey Plaza, uno de los centros comerciales más grandes y populares del país, ha lanzado una serie de iniciativas para promover la reutilización de prendas, como la apertura de tiendas de ropa de segunda mano. La tienda «Las Traperas», por ejemplo, se especializa en la recirculación de prendas y otros objetos, apoyando la economía circular y contribuyendo a la reducción de residuos. Desde su apertura, ha evitado la emisión de toneladas de CO2 y el uso de millones de galones de agua, marcando un precedente en la industria minorista peruana.
Otra tienda destacada en este esfuerzo es «Perpetuas», que también apuesta por la moda circular a través de la selección y venta de ropa de segunda mano en perfectas condiciones. Estas iniciativas no solo ayudan a los consumidores a ahorrar, sino que también incentivan la participación en prácticas de consumo responsable, dando una nueva vida a las prendas y reduciendo el impacto ambiental de la producción textil.
La moda sostenible a nivel global
A nivel internacional, el movimiento de moda sostenible ha cobrado relevancia debido a la creciente preocupación por los efectos negativos del fast fashion, la producción en masa y el desecho constante de ropa. Se estima que cada año se fabrican más de 5,000 millones de prendas de jean, las cuales requieren grandes cantidades de agua y químicos para su producción. Por ejemplo, solo unos jeans pueden requerir hasta 7,500 litros de agua, un recurso crítico que muchas veces se malgasta en el proceso.
Grandes marcas como Jeanología, en España, han comenzado a innovar con tecnologías que reducen significativamente el uso de agua y productos químicos en la confección de ropa. Además, iniciativas en América Latina, como la mexicana Eilean Brand, han destacado por sus tejidos sostenibles y métodos de producción que minimizan el desperdicio, alineándose con los principios de la economía circular.
Ventajas y desafíos de la moda sostenible
La moda sostenible no solo representa una oportunidad para mitigar el impacto ambiental de la industria textil, sino que también contribuye al bienestar social y económico. Al promover la reutilización de prendas y la fabricación con materiales más ecológicos, este movimiento ayuda a disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el consumo de agua y el uso de pesticidas y productos químicos en la producción de fibras.
No obstante, el camino hacia una moda completamente sostenible aún enfrenta desafíos. Según expertos como Sònia Flotats, fundadora de la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona, «nada es totalmente sostenible, solo camina hacia la sostenibilidad». Los procesos de fabricación y los materiales deben ser reevaluados constantemente para minimizar su impacto ambiental y mejorar las condiciones laborales en las fábricas.
En Perú, la creciente aceptación de la moda sostenible, impulsada por centros comerciales y consumidores más conscientes, sugiere que el país está avanzando en esta dirección. A medida que más personas se sumen a prácticas de consumo responsable, la moda sostenible seguirá ganando terreno, no solo como tendencia, sino como una forma de convivir mejor con el planeta.
La moda sostenible es mucho más que una tendencia pasajera; es una respuesta directa al impacto devastador de la moda tradicional en el medio ambiente. En Perú, iniciativas como las de Las Traperas y Perpetuas están mostrando el camino hacia un futuro más responsable, donde la reutilización de prendas y la economía circular juegan un rol esencial en la lucha contra la contaminación y el desperdicio. El movimiento hacia la sostenibilidad sigue creciendo, impulsado por consumidores que buscan un cambio en la forma en que nos vestimos y cuidamos el planeta.
Redacción: Nataly Vásquez