Hace seis años, Alberth Samalvides comenzó un viaje que transformaría su vida. Inspirado por su profesor Ali Aguilar y alentado por sus padres, aceptó dictar clases de taekwondo, aunque inicialmente no estaba seguro de hacerlo. En 2020, durante la pandemia, creó Samalvides Taekwondo, una marca enfocada en enseñar este arte marcial con dedicación y entusiasmo.


El camino no estuvo libre de desafíos. Alberth debía compaginar su trabajo de oficina, sus entrenamientos y las clases, lo que resultaba agotador. A pesar de tener pocos alumnos al inicio, todos muy pequeños, encontró gratificación en sus sinceros agradecimientos. Para mejorar su metodología, buscó apoyo en psicólogas, quienes le brindaron consejos para abordar las necesidades de los niños. Su carisma y paciencia se convirtieron en pilares para ofrecer clases enriquecedoras.
El enfoque de Samalvides Taekwondo destaca por crear un ambiente seguro y feliz. Sus alumnos no solo aprenden taekwondo, sino que también desarrollan habilidades blandas esenciales. La disciplina es un valor central, indispensable para alcanzar metas en cualquier ámbito de la vida.


Alberth observa un futuro prometedor para las artes marciales. Cada vez más padres apuestan por actividades extracurriculares como el taekwondo, recomendado por especialistas por sus beneficios motrices, sociales y éticos. Sus próximos pasos incluyen fidelizar a sus alumnos y mejorar su desempeño en competencias de la Federación Peruana de Taekwondo, con el objetivo de seguir transmitiendo pasión y compromiso a través de su enseñanza.
Redacción: Nataly Vásquez Zelaya