Con 160 hectáreas asignadas y un marco legal que la declara necesidad pública, la planta en Matarani proyecta mitigar 1.2 millones de toneladas de CO₂ al año y convertir a Arequipa en un hub global de energías limpias. El megaproyecto generará más de 1 600 empleos directos.
Un nuevo capítulo para la energía en el sur peruano
El Gobierno Regional de Arequipa ha dado un paso decisivo en la carrera hacia un futuro energético sostenible. Mediante el Acuerdo Regional N.° 122-2024-GRA/CR, se oficializó la asignación de 160 hectáreas de terreno en el distrito de Matarani, provincia de Islay, para la construcción de una planta de hidrógeno verde e hidrógeno azul, una de las más ambiciosas en América Latina.
Esta decisión no solo se sustenta en la Ley N.° 331992 de Fomento del Hidrógeno Verde, sino que responde también al impulso generado por el reciente Foro Energético “Arequipa, destino y proveedor mundial de energías limpias y bajas en carbono”, celebrado el 30 de abril. En dicho evento, autoridades, especialistas y empresas firmaron una declaratoria histórica que convirtió esta iniciativa en un eje estratégico de desarrollo regional.
Una inversión con impacto económico, social y ambiental
El proyecto, que ya ha sido declarado “Necesidad Pública” por el Consejo de Estado Regional, no solo se perfila como una infraestructura de referencia en innovación y sostenibilidad, sino también como un motor económico clave para Arequipa.
Durante su fase de construcción, generará 1 600 empleos directos y miles de empleos indirectos, estimulando el desarrollo local y dinamizando sectores complementarios. Además, aportará ingresos tributarios significativos a la región, consolidando un círculo virtuoso entre crecimiento económico y transición energética.
En términos ambientales, el impacto será igualmente notable: la planta permitirá mitigar más de 1.2 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) al año, una cifra equivalente a las emisiones anuales de más de 260 mil vehículos. Esto posiciona a Arequipa como pionera nacional en la lucha contra el cambio climático.

Polo estratégico para industrias del futuro
Además de producir hidrógeno verde —fuente energética libre de carbono— la planta también será clave para el desarrollo de industrias vinculadas como la producción de fertilizantes, aceros verdes, explosivos y derivados químicos. Su diseño contempla infraestructura logística que permitirá la exportación de amoníaco verde a Europa y Asia, dos mercados estratégicos en transición energética.
La ubicación estratégica de Matarani, con su puerto industrial y conectividad ferroviaria, convierte a esta planta en un punto neurálgico de exportación de energías limpias, en línea con las tendencias globales y los compromisos internacionales del Perú.
Arequipa como faro de transformación energética
El respaldo normativo, la voluntad política y la articulación entre sectores públicos y privados convierten este proyecto en un modelo de gobernanza territorial y proyección global. Lo que hoy empieza en 160 hectáreas del desierto costero de Islay, apunta a transformar el sur del país en un clúster de energías renovables con impacto continental.
Arequipa, conocida históricamente por su vocación minera y agroindustrial, redefine su rol en el nuevo mapa energético del mundo. Y lo hace no solo generando energía, sino también esperanza, empleo, innovación y futuro.
Redacción: Anghelo Basauri Escudero