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Asados Héctor: Corazón sanguchero

En el bullicio de un mercado local, entre puestos que reflejan la riqueza cultural y gastronómica de Lima, se encuentra Asados Héctor, un espacio que ha conquistado a los amantes de los sándwiches con una propuesta que combina la tradición de carnes frías estilo americano con ingredientes de alta calidad y técnicas cuidadosamente perfeccionadas.

El creador de esta singular sandwichería recuerda que el origen de su negocio estuvo marcado por la incertidumbre y las restricciones de la pandemia. Durante el encierro, lo que comenzó como un pasatiempo en su cocina pronto se convirtió en una pasión que encontró eco entre amigos y familiares, quienes quedaron fascinados con sus primeros asados. Lo que inició como obsequios para recibir opiniones honestas se transformó rápidamente en una creciente demanda. Con el tiempo, su hogar quedó pequeño para el nivel de producción, lo que lo llevó a buscar un espacio más amplio. Así nació Asados Héctor.

La esencia de su propuesta radica en los sándwiches de corte frío, un estilo ampliamente reconocido en Estados Unidos como «cold cuts». Aquí, el fundador ha encontrado la manera de personalizar esta tradición con un toque único. Sus sándwiches, elaborados con carnes como roast beef, pavo, bondiola, y jamón del país, destacan por su frescura y contundencia. Además, el pan —un baguette—, acompañado de mayonesa, mostaza y una vinagreta especial, redondea el sabor, aportando un equilibrio de texturas y humedad que hace que cada bocado sea inolvidable.

«Uno de los trucos importantes para un buen sándwich es cortar la carne en láminas finas», explica Héctor, dueño del lugar. Esta técnica, que no es comúnmente practicada en Lima, asegura que las carnes se combinen de manera suave y armoniosa con los demás ingredientes. Las verduras frescas y una vinagreta cuidadosamente preparada se suman a este proceso, resultando en una experiencia gastronómica que redefine el concepto de un simple emparedado.

A diferencia de muchas sandwicherías que buscan abarcar una oferta extensa, el menú de este negocio se mantiene reducido, enfocándose en la especialización. «Cuanto más corta es la carta, más puedes perfeccionar cada producto», señala. Esta filosofía se traduce en un menú donde cada opción está pensada y ejecutada con dedicación, desde los rellenos hasta la calidad del pan.

El éxito de Asados Héctor no sería posible sin un equipo comprometido y bien entrenado. Pablo, Yovanna y Eliana, esta última mano derecha del propietario, han creado una dinámica que no solo garantiza la estandarización en cada proceso, sino que también fomenta una atmósfera de camaradería. «Mientras más nos ayudamos entre todos, el producto final siempre es mejor», reflexiona, subrayando que la clave del éxito no solo radica en la técnica, sino en la unión del equipo y la comunidad que los rodea.

El mercado donde opera esta sandwichería es otro elemento crucial de su propuesta. Para su dueño, los mercados gastronómicos representan una oportunidad única de reinventar espacios tradicionales, trayendo sofisticación y calidad a un público cada vez más exigente. «Los mercados tienen un potencial divino. Cada vez más gente viaja y descubre cómo en otras partes del mundo estos espacios son un punto de encuentro entre tradición y modernidad», comenta. Además, los beneficios prácticos, como alquileres accesibles y una clientela constante, hacen de los mercados un escenario ideal para negocios como este.

Mirando al futuro, el emprendedor sueña con expandirse a otros mercados y, quizás, llevar su propuesta a otros países. Sin embargo, mantiene los pies en la tierra, asegurando que cada paso será cuidadosamente planificado.

Finalmente, invita a todos a visitar su puesto: «Vengan, prueben. Nuestros sándwiches están bien armados, llenos de sabor, y hechos con cariño. Aquí dentro del mercado somos como una gran familia, y queremos que cada cliente se sienta parte de ella.»

Asados Héctor es más que una sandwichería; es un ejemplo de cómo la pasión, la calidad y la comunidad pueden transformar un negocio en un verdadero movimiento gastronómico.