Más de 70 empresas públicas han girado su estrategia: salir a cotizar ya no es para crecer… sino para comprar bitcoin. Impulsadas por figuras como Michael Saylor y respaldadas por fusiones financieras y deuda convertible, estas nuevas “tesorerías cripto” están reescribiendo las reglas del juego en Wall Street.
La revolución silenciosa: cómo cotizarse para especular
La tendencia es clara y contundente: cada vez más empresas están utilizando su entrada al mercado bursátil como un puente directo hacia la adquisición de activos digitales, especialmente bitcoin. Este fenómeno, impulsado originalmente por MicroStrategy —ahora rebautizada como Strategy—, ha redefinido el concepto mismo de una oferta pública inicial.
Estas compañías, muchas sin experiencia previa en criptomonedas, recaudan capital, se fusionan con firmas fantasma o ya cotizadas y ejecutan agresivos movimientos de compra de criptoactivos. Su valor no está en lo que producen, sino en lo que compran: tokens digitales.
Una ingeniería financiera con aroma a bitcoin
El caso más simbólico es el del Grupo de Medios y Tecnología Trump, que acaba de levantar más de US$2.300 millones en acciones y bonos convertibles, una cifra histórica para este tipo de estrategia. Por su parte, el empresario Justin Sun anunció que su plataforma Tron se fusionará con SRM Entertainment, en otra jugada destinada a adquirir más criptomonedas.
Compañías como Janover, ahora DeFi Development Corp, y Metaplanet han visto sus acciones dispararse más de 5000% y 470% respectivamente, únicamente por anunciar que destinarán sus balances a bitcoin u otras criptomonedas. La lógica es sencilla: apalancamiento más volatilidad es igual a rendimiento… o ruina.

SPACs, fusiones inversas y deuda cripto: la fórmula del 2025
Los nuevos actores se apoyan en SPACs (Sociedades de Adquisición de Propósito Especial) o en fusiones inversas, estrategias que les permiten evitar los largos y costosos procesos de salida a bolsa tradicionales. Así consiguen capital fresco y una entrada instantánea al mercado institucional.
Entre los ejemplos más notorios están Twenty One Capital, respaldada por Tether y SoftBank, en proceso de fusión con Cantor Fitzgerald por US$3.600 millones, y Strive Asset Management, que busca adquirir bitcoin luego de unirse a Asset Entities.
Más allá de la especulación: ¿una señal de madurez o una bomba de tiempo?
Para muchos expertos como Jeff Park, de Bitwise, este fenómeno representa una nueva era de acceso regulado a activos digitales. Pero también una burbuja incipiente. “Lo que todavía no vimos —advierte— es una rentabilidad real derivada del bitcoin en los balances”.
El impacto es tangible: estas firmas retiran criptomonedas del mercado, generando escasez e incentivando al alza los precios de los tokens. Pero la pregunta sigue abierta: ¿cuánto de esto es estrategia sostenible y cuánto es simple especulación?
¿Revolución o espejismo?
Con acciones que se disparan sin operaciones tradicionales detrás, y capital que fluye hacia un activo intangible, estas empresas están capitalizando una narrativa de progreso digital y acceso global. Pero mientras la volatilidad siga siendo el corazón de su atractivo, queda por ver si este nuevo Wall Street será recordado como un faro de innovación… o como un eco de las burbujas pasadas.
Redacta: Anghelo Basauri Escudero