Una celebración de Pascuas marcó el origen de «Chispamanía», el emprendimiento de Fabianna Calderón. Amante de la repostería desde siempre, organizó un evento para niños donde los huevos de chocolate fueron el centro de atención. El éxito de la actividad la motivó a crear su propio negocio, con la meta de compartir sus deliciosos postres con más personas.

Los primeros pasos no fueron fáciles. El mayor reto era que la gente conociera la marca. Fue necesario reinventarse. Fabianna comprendió que lo que a ella le gustaba no siempre era lo que atraía al público. Este aprendizaje llevó a un rebranding de Chispamanía, con una apuesta fuerte en redes sociales y la creación constante de contenido visual. Aunque aún están en el proceso de aprendizaje, ella destaca que el crecimiento es constante y se nutre de cada experiencia.

El valor de Chispamanía radica en la frescura y calidad de sus productos. La repostera explica que sus cupcakes no son como los comunes en el mercado. En lugar de la típica textura compacta y un frosting empalagoso, sus kekes son más suaves, esponjosos, y el frosting, hecho a base de yogurt griego, es dulce pero ligero, perfecto para quien busca disfrutar sin saturarse.

A quienes buscan emprender, Fabianna les aconseja luchar con constancia. Insiste en que, aunque surjan dificultades, es importante seguir adelante y no desanimarse, aun cuando los primeros pasos parezcan pequeños.

Mirando hacia el futuro, Chispamanía vislumbra su propia pastelería en un gran local, ofreciendo no solo dulces, sino también bocadillos salados. Además, tienen un próximo desafío: cubrir una boda con 250 cupcakes. Con la carta actualizada y la inclusión del servicio de catering, «Chispamanía» se perfila como una marca que promete endulzar aún más eventos en el futuro.

Redacción: Nataly Vásquez Zelaya