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Cosecha de desigualdad: El boom agroexportador que no llega a los pequeños agricultores

Mientras el Perú bate récords en exportaciones agrícolas, el sector enfrenta una crisis interna marcada por sequías, sobreoferta y un modelo que excluye a los productores más vulnerables.

Monsanto declarada responsable por cáncer en jardinero

En 2018, el caso de Dewayne «Lee» Johnson contra Monsanto capturó la atención mundial al ser el primer juicio que vinculaba al herbicida Roundup con el cáncer. Johnson, quien trabajaba como encargado de mantenimiento de áreas verdes en una escuela de Benicia, California, utilizó regularmente Roundup en sus labores. En 2014, a los 42 años, fue diagnosticado con linfoma no Hodgkin, una forma de cáncer que afecta el sistema linfático. A pesar de un pronóstico inicial que le daba pocos meses de vida, Johnson sobrevivió y llevó a Monsanto a los tribunales, alegando que su enfermedad fue causada por la exposición al glifosato, el ingrediente activo de Roundup.

Durante el juicio, se presentaron pruebas de que Johnson había estado expuesto a grandes cantidades de Roundup, incluyendo incidentes en los que el herbicida entró en contacto directo con su piel debido a fallos en el equipo de pulverización. El jurado determinó que Monsanto no advirtió adecuadamente sobre los riesgos potenciales de su producto y actuó con «malicia» al no informar al público sobre los posibles peligros. Como resultado, en agosto de 2018, se le otorgaron a Johnson $289 millones en daños, incluyendo $250 millones en daños punitivos.

Posteriormente, Monsanto apeló la decisión, argumentando que las pruebas presentadas no eran concluyentes y que la cantidad otorgada era excesiva. En octubre de 2018, un juez redujo los daños punitivos a $39 millones, dejando el total en $78 millones. Johnson aceptó la reducción para evitar un nuevo juicio.

Este caso sentó un precedente significativo y abrió la puerta a miles de demandas similares contra Monsanto, alegando que el glifosato en Roundup es carcinogénico. Aunque la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. y otras organizaciones han declarado que el glifosato no es probablemente carcinogénico para los humanos, el veredicto a favor de Johnson ha generado un debate continuo sobre la seguridad de los herbicidas a base de glifosato y la responsabilidad de las corporaciones en informar sobre los riesgos de sus productos.


El peligro de los transgénicos y la falta de regulación

El debate está abierto. Crisólogo Cáceres, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), ha expresado su preocupación por el ingreso y consumo de productos transgénicos en el Perú. Según Cáceres, muchos alimentos que contienen organismos genéticamente modificados (OGM) no lo indican en sus etiquetas, lo que vulnera el derecho de los consumidores a estar informados sobre lo que consumen.


ASPEC ha realizado estudios que demuestran la presencia de OGM en diversos productos disponibles en el mercado peruano, sin que esta información sea reflejada en el etiquetado. Esta falta de transparencia impide que los consumidores tomen decisiones informadas sobre su alimentación. Además, permitir el ingreso de semillas transgénicas podría afectar negativamente la agrobiodiversidad y la producción de alimentos saludables para los peruanos.


ASPEC y otras organizaciones defensoras del medio ambiente consideran que hay valores sociales que están por encima del lucro empresarial, como la protección de la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Por ello, ASPEC aboga por una moratoria al ingreso de transgénicos y una regulación estricta que garantice el derecho de los consumidores a estar informados, así como la protección de la biodiversidad y la salud pública en el Perú.


Un crecimiento que no llega a todos


Las declaraciones del economista e investigador de Grade, Eduardo Zegarra, han encendido un debate sobre la dirección y prioridades del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Zegarra sostiene que el actual ministro, Ángel Manero, está más enfocado en promover intereses de grandes agroexportadoras y en impulsar la introducción de transgénicos en el país.


Según datos oficiales, las agroexportaciones peruanas cerraron el 2024 con un récord de 12.798 millones de dólares, representando un crecimiento del 21.4% respecto al año anterior. Sin embargo, detrás de esta cifra se esconde una realidad menos alentadora: los pequeños agricultores, quienes representan el 80% del sector agrario, no han sido beneficiados por este auge.


Sequías y sobreoferta: el lado oscuro del crecimiento


Las sequías que afectaron a regiones de la sierra norte en 2024 han dejado estragos en la producción agrícola. Zegarra señala que, aunque hubo una recuperación en la producción general, los precios agrícolas han caído considerablemente, impidiendo que los pequeños productores se beneficien.
Por otro lado, la sobreoferta de mangos ha generado un colapso en los precios, afectando a miles de agricultores. Sin una estrategia de regulación o apoyo estatal, muchos productores han tenido que dejar perder sus cosechas ante la imposibilidad de venderlas a precios justos.


El agua en manos de las agroexportadoras


Zegarra también pone el foco en la crisis hídrica y la falta de un manejo adecuado del recurso. Según el economista, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) no actúa con independencia, sino que prioriza los intereses de las grandes agroexportadoras, dejando a los pequeños productores en una situación de vulnerabilidad.


Frente a esta problemática, la Junta Nacional de Organizaciones de Usuarios de Agua del Perú ha exigido el cambio del titular del Midagri, Ángel Manero, y del jefe de la ANA, José Musayón, argumentando que su gestión ha favorecido un modelo extractivista que deja de lado a los pequeños agricultores.


El fantasma de los transgénicos


Otro de los puntos más controversiales en la actual gestión del Midagri es el debate sobre los transgénicos. Aunque el Perú mantiene una moratoria sobre su ingreso hasta 2035, existen intentos por levantar esta restricción, lo que ha generado una fuerte oposición por parte de científicos y organizaciones agrarias.


Zegarra advierte que permitir los transgénicos en el país pondría en riesgo la biodiversidad y afectaría gravemente a la agricultura familiar, dado que muchas semillas autóctonas podrían ser desplazadas por variedades genéticamente modificadas, patentadas por grandes corporaciones.
Un modelo que necesita cambiar
Mientras el Perú se proyecta a alcanzar los 40.000 millones de dólares en exportaciones agrícolas para el 2040, los expertos advierten que este crecimiento no puede sostenerse sin una inclusión real de los pequeños productores.


“El agro no puede ser solo sinónimo de agroexportación”, advierte Zegarra. “El verdadero desarrollo del sector pasa por fortalecer a los pequeños agricultores, garantizar acceso al agua y evitar que las políticas sean dictadas por los grandes intereses comerciales”.


A medida que el país celebra sus logros en el comercio agrícola global, la pregunta clave sigue en el aire: ¿Cuándo llegará la bonanza agroexportadora a quienes realmente trabajan la tierra?