Esta nueva práctica ha ganado relevancia en los últimos años debido a su capacidad de conectar a las marcas con audiencias a través de figuras con gran presencia digital. Se basa en la colaboración entre empresas e influencers —creadores de contenido que tienen una comunidad de seguidores— para promocionar productos o servicios de manera más orgánica y auténtica.
Los influencers, divididos en categorías según su número de seguidores, pueden ser micro, macro o nano. Los micro y nano influencers, que tienen entre 1,000 y 10,000 seguidores, son especialmente efectivos por su alto nivel de interacción con audiencias más pequeñas, pero muy leales. Esto genera una mayor autenticidad, ya que sus recomendaciones suelen percibirse como más personales y genuinas, en contraste con los grandes influencers o celebridades.
El influencer marketing no solo se limita a la promoción de productos, sino que está evolucionando hacia nuevas plataformas y formatos. TikTok y Twitch, por ejemplo, han emergido como actores clave en el «social commerce», donde los consumidores pueden interactuar con marcas y realizar compras dentro de las mismas plataformas. El contenido creativo, en vivo y auténtico en estas redes potencia el retorno de inversión para las empresas.
Además, el futuro del marketing con influencers apunta hacia la innovación con el uso de influencers de inteligencia artificial (IA), que permitirán experiencias más inmersivas y personalizadas para los usuarios, eliminando las limitaciones humanas.
Este tipo de marketing es cada vez más estratégico para las empresas, especialmente en sectores como la belleza y la moda, donde hasta un 80% de los consumidores ha comprado un producto recomendado por un influencer. Las marcas confían en estos creadores no solo por su alcance, sino por su capacidad de conectar de manera emocional con sus comunidades, lo que incrementa el engagement y, en última instancia, las ventas.
Redacción: Nataly Vásquez Zelaya