En 2019, en medio de una creciente demanda por servicios de coctelería personalizados, César Churasi Carrasco tuvo una idea: llevar la experiencia del bar a los eventos, hogares, cumpleaños. Así nació «Gentlebar», un servicio de bar a domicilio que ofrece a sus clientes la oportunidad de disfrutar de cócteles profesionales en la comodidad de sus eventos privados. Aunque la industria ya estaba tomando forma, fue durante la pandemia cuando César decidió dar vida a este proyecto, creando la marca que hoy representa su pasión por la coctelería y la personalización de experiencias.
El camino no ha estado exento de desafíos. Al principio, los primeros eventos fueron en círculos cercanos: amigos, familiares y conocidos. Sin embargo, César sabía que el crecimiento de Gentlebar dependía de su capacidad para llegar a un público más amplio. «El reto fue ser visibles en redes sociales», cuenta. Crear contenido digital, como videos publicitarios y blogs, se convirtieron en una de las herramientas clave para atraer nuevos clientes. Además, la gestión de eventos simultáneos lo obligó a aprender a delegar y coordinar equipos, un paso necesario para asegurar que la calidad del servicio se mantuviera intacta en cada ocasión.

El futuro de Gentlebar es prometedor. Según César, el número de eventos ha crecido significativamente en los últimos meses, lo que refleja la buena acogida del servicio. Aunque hoy en día el negocio aún depende de su gestión personal, vislumbra la posibilidad de expandirse a un local físico. «Espero con ansias verme gestionando mi propio restobar», comenta con ilusión.
El entusiasmo de César por la coctelería se remonta a sus primeros años en el mundo laboral, cuando, con apenas 20 años, decidió estudiar coctelería. Desde entonces, ha trabajado en diversos restaurantes y bares, siempre experimentando, probando nuevas técnicas y conectando con el público. Esta conexión con la gente es algo que valora profundamente, ya que no solo se trata de preparar un buen cóctel; sino de crear una experiencia memorable para quienes lo disfrutan. En cuanto a la industria, ha visto cómo la coctelería ha evolucionado en los últimos años. Lo que antes estaba limitado a unos pocos cócteles clásicos, hoy se ha expandido a una variedad infinita de creaciones que satisfacen los gustos más diversos.
«Hoy en día, no hay restobar que no tenga una carta de cócteles variada», señala, subrayando la importancia de adaptarse a las demandas del público actual. Gentlebar no se limita solo a eventos privados. Desde hace un año, César ha llevado su propuesta a festivales y ferias gastronómicas, abriendo la puerta a nuevas audiencias y continuando con su misión de acercar la coctelería de calidad a todos los rincones. Aunque aún no tiene un proyecto de gran impacto a corto plazo, está atento a las oportunidades que puedan surgir, confiado en que el éxito se construye paso a paso, con esfuerzo y dedicación. Sin duda, una historia inspiradora de un emprendedor que personifica la valentía, el coraje, la constancia.
