La inteligencia artificial (IA) ha transformado industrias enteras, y el cine no es la excepción. En la edición de los Óscar 2025, el uso de esta tecnología ha desatado una controversia sin precedentes, poniendo en tela de juicio las nominaciones de actores y el impacto de la IA en la interpretación cinematográfica.

Dos producciones en particular han estado en el ojo del huracán: El Brutalista y Emilia Pérez. Ambas han sido objeto de debate por el uso de herramientas de inteligencia artificial en la mejora de las voces de sus protagonistas, lo que ha llevado a algunos sectores de la industria a preguntarse si los criterios tradicionales de actuación están cambiando para siempre.
El Brutalista: ¿Un acento perfeccionado o una actuación manipulada?
El caso de El Brutalista explotó cuando el editor de la película reveló en una entrevista para RedShark News que se utilizó Reespeecher, una IA especializada en generación de voces, para mejorar el acento húngaro de Felicity Jones y Adrien Brody, ambos nominados a los Óscar en las categorías de Mejor Actriz de Reparto y Mejor Actor, respectivamente.
El uso de esta tecnología ha generado críticas porque toca un punto fundamental en la interpretación: la voz del actor. Si una IA puede modificar el acento, ¿hasta qué punto se mantiene la autenticidad de la actuación? Críticos y miembros de la industria han cuestionado si las nominaciones de Jones y Brody son válidas, ya que la percepción de su talento podría haber sido influenciada por una herramienta artificial.
El equipo de El Brutalista ha defendido su decisión, argumentando que la corrección fue mínima y que solo buscaban que el diálogo sonara más auténtico para el público húngaro. Aseguran que la IA solo se empleó para ajustar ciertas letras en la pronunciación y que el mismo resultado podría haberse logrado manualmente con Pro Tools, una herramienta de edición de audio ampliamente usada en la industria.

Emilia Pérez: Ampliando el rango vocal con IA
El caso de Emilia Pérez es aún más complejo. En esta película, Karla Sofía Gascón, la primera mujer trans en ser nominada a Mejor Actriz en los Óscar, también recurrió a la inteligencia artificial. Sin embargo, en este caso, la IA no se utilizó para mejorar un acento, sino para ampliar su rango vocal en las escenas musicales.
La voz de Gascón fue mezclada con la de la autora de las canciones de la película, generando dudas sobre cuánto de su interpretación corresponde realmente a su talento y cuánto a la manipulación tecnológica. Si bien este tipo de técnicas han sido utilizadas antes en el cine—como en Bohemian Rhapsody, donde la voz de Rami Malek fue combinada con la de un imitador de Freddie Mercury—el hecho de que una IA haya sido clave en el proceso vuelve a encender la discusión sobre la auténtica meritocracia en los premios.
Un debate que trasciende los premios
El uso de la inteligencia artificial en el cine es un reflejo de una discusión mucho más amplia: ¿Hasta dónde es ético el uso de la tecnología en el arte? Mientras algunos defienden su aplicación como una herramienta para mejorar la calidad del producto final, otros temen que la autenticidad de la actuación humana esté en riesgo.
A días de la gala de los Óscar, la controversia sigue en el aire. Las principales premiaciones del año han mostrado resultados variados, lo que deja abierta la posibilidad de que esta discusión pueda influir en la decisión final de los votantes de la Academia.
La pregunta queda sobre la mesa: ¿Será la inteligencia artificial una herramienta más del cine o marcará el fin de la interpretación tradicional?
Redacción: Matias Illescas