Polish Bar nació como un emprendimiento inspirado por la pandemia. Alexandra Campos descubrió su pasión por el arte en las uñas mientras pasaba tiempo en casa. Fascinada por las posibilidades de expresión a través del diseño, se dedicó a aprender diversas técnicas y perfeccionar su habilidad para ofrecer un servicio único. Con el apoyo de su familia, transformó esta pasión en un negocio que hoy destaca en el rubro del cuidado personal.
El desafío principal fue construir una cartera de clientes en un mercado competitivo. Al principio, amigos y familiares fueron sus principales apoyos, pero su dedicación y la calidad de su trabajo atrajeron rápidamente a nuevas clientas. Ahora, Polish Bar cuenta con una base sólida de clientas fieles que regresan cada mes.
El diferencial de Polish Bar radica en la personalización y la experiencia. El espacio está diseñado para que las clientas se sientan cómodas y seguras mientras sus ideas se convierten en diseños únicos. Además, se enfoca en ofrecer un servicio de calidad, donde cada detalle importa, y en crear un momento de relajación para quienes lo visitan.


Con el crecimiento de su clientela, Alexandra planea dar el siguiente paso: abrir un local más grande en el próximo año. Este espacio le permitirá brindar la misma atención personalizada en un ambiente que refleje aún más la esencia de Polish Bar.
Polish Bar no es solo un servicio de manicure. Es un lugar donde el arte, la comodidad y el cuidado personal se unen para crear una experiencia inolvidable.
Redacción: Nataly Vásquez Zelaya