Una grabación comprometedora, testimonios de hostigamiento y represalias laborales sustentaron la destitución de Ricardo Romero Talledo, representante comercial del Perú en Londres. El caso, ahora inscrito en el Registro Nacional de Sanciones, destapa lo que podría ser una cadena sistemática de abusos dentro del aparato diplomático.
Un escándalo diplomático con epicentro en Londres
La Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (PromPerú) ha ejecutado una de las sanciones más graves de los últimos años dentro de su red global de oficinas comerciales. Ricardo Elí Romero Talledo, hasta hace poco consejero económico comercial del Perú en la capital del Reino Unido, ha sido destituido por ejercer presunto acoso sexual contra uno de sus subordinados. El caso, sostenido en un expediente de 76 páginas, incluye audios, testimonios directos y documentos internos que revelan un patrón de comportamiento sostenido en el tiempo.
Aunque el documento sancionador tiene carácter confidencial, la resolución jefatural fue firmada el pasado 4 de abril por el jefe de Planeamiento y Presupuesto de PromPerú, Ángel Wilder Navarro Díaz, y ya figura en el Registro Nacional de Sanciones contra Servidores Civiles, lo que certifica su carácter oficial. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, el nombre de Romero seguía apareciendo como director en la página oficial de PromPerú en Londres, así como en su cuenta de LinkedIn, revelando una desconexión entre las sanciones internas y la imagen institucional pública.
El audio que precipitó su caída
La pieza clave de la denuncia fue una conversación grabada por la víctima en mayo de 2021. El audio, según detalla la resolución, recoge frases como “I want to date you”, “I’m going crazy” y “I’m going nuts, really”, en un contexto en el que Romero habría invitado a su subordinado a almorzar bajo pretextos laborales, para luego deslizar comentarios de índole emocional y sexual claramente impropios dentro de una relación jerárquica profesional.
Meses antes, la víctima ya había reportado comportamientos incómodos: acercamientos innecesarios, propuestas de fotos privadas y aislamiento en retiros laborales, supuestamente financiados con fondos públicos. Todo esto generó un ambiente tenso y violento una vez que Romero fue rechazado. Según el expediente, el trabajador fue posteriormente castigado con reducción de sueldo, vacaciones forzadas sin goce de haber y descuentos por más de S/9.000.
Un patrón de conducta, no un hecho aislado
La investigación interna tomó un giro aún más inquietante al incorporar el testimonio anónimo de un extrabajador de la misma oficina comercial, quien aseguró que el comportamiento de Romero no era un hecho aislado, sino parte de una práctica reiterada. En su declaración, este testigo menciona que “muchos otros empleados” habrían pasado por situaciones similares y sugiere revisar los antecedentes de Romero en otras plazas, como su gestión previa en la Oficina Comercial del Perú en Los Ángeles.
Hostigamiento sexual y servicio público: un límite legal traspasado
El artículo 85°, literal “k”, de la Ley del Servicio Civil define como falta disciplinaria grave el hostigamiento sexual por parte de un servidor con autoridad sobre otro, sin importar su rango. Bajo ese marco, PromPerú concluyó que el accionar de Romero Talledo es compatible con el concepto jurídico de hostigamiento sexual, lo que conllevó a su destitución inmediata.
Pese a la contundencia del caso, la resolución revela que incluso después de dejar temporalmente el cargo, Romero volvió a contactar a la víctima en septiembre de 2024, invitándolo a salir a un club nocturno en un día laboral. La nueva negativa del trabajador desencadenó una nueva serie de represalias, lo que reafirmó el patrón de hostigamiento sostenido.
Una señal institucional pendiente de fortalecimiento
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de protocolos más efectivos de prevención, monitoreo y sanción dentro del servicio exterior peruano. La existencia de audios, documentos y testimonios señala no solo la gravedad de la conducta individual, sino también vacíos estructurales que permitieron su continuidad.
PromPerú deberá ahora responder no solo por lo que ocurrió en Londres, sino también por la falta de supervisión histórica y por los otros posibles casos no denunciados dentro de su red internacional. La credibilidad institucional y la seguridad del personal diplomático exigen que esta destitución sea el comienzo de una revisión más profunda.
Redacción: Anghelo Basauri Escudero