Racso Miró Quesada alza la voz: ¿Puede un medio sin rostro invocar la libertad de expresión?
En una carta abierta a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el periodista peruano plantea una inquietud continental: ¿es legítima la libertad de expresión cuando se oculta el verdadero dueño del medio tras estructuras offshore? El caso del diario Expreso, vinculado a los Panama Papers, vuelve al centro del debate.
El anonimato detrás de la prensa: el caso Expreso y las sociedades offshore
El periodista y editor Racso Miró Quesada envió una carta abierta a José Roberto Dutriz, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), exigiendo un pronunciamiento oficial sobre una problemática que desafía los pilares éticos del periodismo en América Latina: la existencia de medios de comunicación con estructuras offshore opacas, sin claridad sobre quién es el beneficiario final de sus líneas editoriales.
La misiva, fechada el 19 de mayo de 2025, toma como punto de partida el caso del diario peruano Expreso, cuyos vínculos con una red de empresas en paraísos fiscales fueron revelados en 2016 por los Panama Papers. Según investigaciones posteriores del medio independiente IDL-Reporteros, la cabecera está controlada por un entramado societario en Panamá y las Islas Vírgenes Británicas, lo que impide conocer quién decide su línea editorial y con qué intereses.
Libertad de expresión, ¿sin rostro visible?
Miró Quesada lanza una pregunta frontal:
“¿Puede la libertad de expresión gozar de plena legitimidad cuando el verdadero titular del medio se mantiene en las sombras, protegido por compañías offshore y sin rostro público?”
Y enfatiza que el derecho a informar debe ir de la mano de la responsabilidad y la rendición de cuentas, principios que —según sostiene— se ven vulnerados cuando un medio se ampara en vehículos jurídicos opacos para operar, obtener privilegios estatales y ejercer influencia pública sin transparencia estructural.
El ejemplo de El Comercio y el reclamo de un estándar ético continental
Como miembro de la familia fundadora de El Comercio, Miró Quesada contrasta el comportamiento de su empresa, que firma públicamente sus actas societarias, con el hermetismo de Expreso. Advierte que esta asimetría debilita el pacto de confianza entre medio y lector:
“El público conoce a la familia Miró Quesada, para bien y para mal; nos examina, nos contradice y nos interpela. Esa interpelación social es inseparable del derecho a informar”.
Un petitorio a la SIP: ética, transparencia y nueva normativa
En la parte final de su carta, el periodista propone cuatro acciones concretas a la SIP:
Tomar conocimiento formal del casoExpreso–Panama Papers.
Emitir una opinión consultiva sobre si la opacidad societaria vulnera la ética periodística.
Recomendar lineamientos continentales para exigir la identificación del beneficiario final en medios de comunicación.
Instar a los Estados a condicionar acreditaciones oficiales a la transparencia estructural de los medios.
Un dilema global, una urgencia latinoamericana
La reflexión de Miró Quesada no es solo una denuncia puntual, sino un llamado a repensar el marco institucional que regula a la prensa en América Latina. En un contexto donde las fake news, la desinformación digital y los intereses transnacionales ganan terreno, la transparencia en la propiedad mediática es, según señala, una condición indispensable para sostener una democracia saludable.
“La SIP —cuyo prestigio se basa en la defensa de la libertad y la transparencia informativa— no puede permanecer neutral cuando un medio invoca la primera en nombre de la segunda, sin mostrar el rostro de quien realmente decide”, concluye.