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Rescatando la lectura: cómo Salvalectura desafía lo digital en Perú

En un mundo cada vez más digitalizado, donde los dispositivos móviles y los e-books dominan las rutinas diarias, todavía hay espacios donde los libros físicos encuentran su lugar y son celebrados como piezas valiosas de conocimiento y arte. Esta joven librería, fundada por Diego Salvatierra Rojas, es prueba viviente de que la pasión por la literatura puede convertirse en un negocio con impacto social y cultural.

La historia de esta iniciativa tiene sus raíces en la infancia de Diego, quien proviene de una familia vinculada al mundo de los libros desde hace décadas. “Mi familia comenzó vendiendo enciclopedias y cuentos antes de que yo naciera. Pero fue en mi adolescencia cuando desarrollé una verdadera pasión por la literatura, especialmente por las novelas y obras clásicas,” comparte. A pesar de su interés temprano, el proyecto tuvo un breve receso mientras él se dedicaba a sus estudios en Comunicaciones. Sin embargo, esta experiencia le dio herramientas clave: “Aprendí mucho y conocí personas valiosas que hoy forman parte de mi vida y de este emprendimiento”. El nombre de la librería surgió de una noche de reflexión: “Me di cuenta de que mi apellido ‘Salvatierra’ rimaba con ‘lectura’, y la combinación sonaba bien,” explica. Tras consultar con amigos y clientes, nació una marca que hoy busca rescatar el amor por los libros físicos y llevar la literatura a un público más amplio.

Emprender en el sector literario en Perú no es tarea fácil. Salvalectura lo tiene claro: “El Perú no es un país donde mucha gente lea; los dispositivos digitales han cambiado los hábitos de consumo. Además, competimos con grandes librerías ya posicionadas como Crisol o Ibero, que dominan gran parte del mercado”. A pesar de estas dificultades, Diego está decidido a persistir con una visión innovadora y estrategias que, según él, ninguna librería ha implementado hasta ahora. “No pienso rendirme porque sé que tengo lo necesario para destacar en este pequeño mercado literario,” afirma con determinación. La clave, dice, está en ofrecer algo que las grandes cadenas no pueden: un servicio cercano, eficiente y personalizado.

Lo que distingue a esta librería independiente es, sin duda, su enfoque en el cliente. “No solo vendemos un libro, ofrecemos una experiencia: recomendaciones personalizadas, rapidez en las entregas y soluciones efectivas a cualquier solicitud,” comenta. Pero el factor más destacado es el precio. Este emprendimiento rompe con las tarifas infladas de las grandes librerías y hace que la literatura sea accesible para todos: “Queremos incentivar la lectura, así que ofrecemos ediciones variadas a precios bajos, especialmente en un país donde el acceso a los libros puede ser limitado”.

Salvalectura tiene una visión optimista del futuro del rubro literario: “Aunque el mercado continúe siendo reducido, siempre habrá personas que amen los libros en físico y que transmitan esa pasión a sus familias. Los libros nunca dejarán de ser importantes”. En los próximos meses, tiene planes claros para su librería: participar en ferias de libros no solo en Lima, sino también en provincias donde el acceso a la literatura suele ser más limitado, implementar clubes de lectura para generar espacios de discusión entre amantes de la literatura, continuar organizando sorteos y promociones en fechas especiales y, sobre todo, potenciar la creación de contenido en redes sociales para conectar con más lectores y construir una comunidad literaria comprometida y apasionada.

Con su pasión, creatividad y el respaldo de quienes lo rodean, Salvalectura está convirtiendo su sueño en un referente del mercado literario independiente. Una iniciativa que no solo busca vender libros, sino también promover la cultura y el hábito lector en el Perú.

Redacción: Sebastián Lozada