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Suplementos nutricionales: ¿cuándo son necesarios y cuándo un riesgo?

El consumo de suplementos nutricionales ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, impulsado por el deseo de mejorar la salud, el rendimiento físico y prevenir enfermedades. Productos como vitaminas, minerales, proteínas y aminoácidos están al alcance de todos, siendo comercializados bajo la promesa de una vida más saludable y un cuerpo más fuerte. Sin embargo, surgen preguntas importantes sobre la real necesidad de estos productos en la mayoría de las dietas y si, por el contrario, pueden convertirse en un riesgo para la salud.

Los suplementos nutricionales han existido a lo largo de la historia, pero su masificación se ha producido en tiempos recientes. Este auge se debe, en parte, a la promoción agresiva de las marcas, que presentan sus productos como soluciones rápidas y eficaces para una vida mejor. Las vitaminas, los minerales y las proteínas en polvo son algunos de los más comunes, consumidos principalmente por personas que buscan aumentar su energía, fortalecer el sistema inmunológico o mejorar su rendimiento deportivo. De esta forma, se ha creado la percepción de que los suplementos son casi imprescindibles para alcanzar un estilo de vida saludable, lo que ha llevado a muchas personas a incorporarlos sin una verdadera justificación médica.

Es cierto que los suplementos nutricionales tienen una función clave cuando existen deficiencias específicas en la dieta. Las personas que tienen dificultades para obtener ciertos nutrientes a través de los alimentos pueden necesitar estos productos para garantizar un aporte adecuado. Un caso claro son las personas veganas o vegetarianas, que pueden tener dificultades para obtener suficiente vitamina B12, un nutriente esencial que se encuentra principalmente en productos de origen animal. De igual forma, aquellos que viven en regiones con poca luz solar pueden sufrir deficiencia de vitamina D, lo que hace necesario un suplemento para evitar problemas óseos. También las mujeres embarazadas suelen necesitar suplementos de ácido fólico para reducir el riesgo de defectos en el tubo neural del bebé. En el caso de los deportistas, sobre todo aquellos que realizan actividades físicas intensas, los suplementos de proteínas o creatina pueden ser útiles para mejorar el rendimiento y la recuperación muscular.

Sin embargo, el consumo de suplementos sin necesidad puede conllevar riesgos. A pesar de que estos productos son presentados como soluciones inocuas, muchos suplementos no están regulados de manera estricta, lo que implica que no siempre son seguros ni eficaces. En algunos casos, las dosis de vitaminas y minerales que contienen pueden ser excesivas y, en lugar de beneficiar, generar efectos negativos. Por ejemplo, el consumo excesivo de hierro puede provocar intoxicación, mientras que un exceso de vitamina A puede causar toxicidad hepática. El calcio, si se toma en grandes cantidades, puede contribuir a la formación de cálculos renales. El problema radica en que muchas personas optan por suplementarse sin haber sido diagnosticadas con deficiencias, lo que no solo es innecesario, sino potencialmente perjudicial para la salud.

Además, el uso excesivo de suplementos puede fomentar una falsa sensación de seguridad, haciendo creer que se está llevando una dieta equilibrada cuando en realidad no es así. A menudo, las personas reemplazan alimentos frescos y naturales con cápsulas o polvos, lo que reduce la variedad y calidad nutricional de la dieta. Los alimentos enteros, como frutas, verduras, granos y proteínas de origen animal o vegetal, son mucho más complejos y provechosos para el cuerpo que los nutrientes aislados en forma de suplementos.

En definitiva, los suplementos nutricionales pueden ser necesarios en situaciones específicas, como en casos de deficiencias diagnosticadas o necesidades especiales de los deportistas, pero no deben considerarse una solución universal. La clave para una buena salud radica en mantener una dieta equilibrada y variada, rica en alimentos frescos y naturales. Antes de recurrir a cualquier suplemento, es recomendable consultar a un profesional de la salud que pueda evaluar si realmente son necesarios y en qué dosis. El abuso de suplementos no solo es innecesario en la mayoría de los casos, sino que puede implicar serios riesgos para la salud.

Redacción: José Rubio