En el corazón de Tiny Trove, Ashley Peña y Andrés Palomares transforman emociones en detalles únicos. Este emprendimiento, que nació en medio de la pandemia, es una prueba de cómo la adversidad puede convertirse en una oportunidad para soñar en grande. Unidos por su amor al diseño y el deseo de crear algo especial, esta pareja decidió construir un espacio donde los regalos no solo sean objetos, sino recuerdos llenos de significado.

El camino comenzó con pequeños pasos: vender mascarillas y ropa personalizada a través de terceros. Sin embargo, su visión siempre fue más ambiciosa. En 2024, con esfuerzo y dedicación, adquirieron sus propias máquinas y comenzaron a diseñar desde cero. Cada noche de trabajo, cada idea perfeccionada y cada pedido entregado fueron cimentando una propuesta que hoy se distingue por su esencia: diseñar historias.

En Tiny Trove, cada detalle es único. No se trata de añadir un nombre a un objeto; se trata de capturar momentos, sentimientos y conexiones. Desde una esfera navideña hasta un regalo corporativo, cada pieza se crea con empatía y pasión. Sus diseños no solo son hermosos, sino que tienen el poder de conectar profundamente con las personas que los reciben.

El futuro de Tiny Trove está lleno de sueños. Sus próximos pasos incluyen expandir sus líneas de productos personalizados, con especial enfoque en la magia de las campañas navideñas. Packs familiares, esferas y polos temáticos serán parte de sus nuevas propuestas. Además, buscan seguir creciendo en el ámbito corporativo, ofreciendo a las empresas la oportunidad de regalar detalles que fortalezcan relaciones y transmitan aprecio.

Tiny Trove no solo crea productos; construye recuerdos que perduran. Con cada diseño, Ashley y Andrés demuestran que el cariño y la creatividad pueden transformar cualquier objeto en un tesoro.

Redacción: Nataly Vásquez Zelaya