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Neblina, garúa y frío: Lima bajo el asedio del anticiclón del Pacífico Sur

Un sistema oceánico distante pero poderoso sacude las costas peruanas: el Anticiclón del Pacífico Sur ha traído a Lima un clima inusual —temperaturas bajas, neblina persistente y lloviznas intermitentes— que ponen en evidencia la fragilidad de la capital frente a fenómenos meteorológicos extraños para la estación primaveral.

El anticiclón que llega del mar

El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) ha confirmado que un anticiclón del Pacífico Sur, sistema de alta presión ubicado frente a las costas chilenas y peruanas, está influyendo directamente en el clima de la costa central del país. Este fenómeno, generado por vientos fríos que se desplazan desde latitudes australes, actúa como motor de cambios atmosféricos que llegan hasta Lima.

Entre neblina, llovizna y sensación térmica implacable

Durante los últimos días, la capital ha amanecido cubierta por una densa neblina costera. Las lluvias no son torrenciales; más bien lloviznas dispersas que humedecen calles y vigorizan la humedad ambiental. En distritos del centro y oeste de Lima, las temperaturas han oscilado entre 18 °C y 19 °C, condiciones que intensifican la sensación de frío, sobre todo durante las madrugadas y primeras horas del día.

Senamhi ha activado una alerta naranja para Lima y otras diez regiones costeras, ante vientos que superan los 35 km/h y riesgo de reducción de visibilidad por levantamiento de polvo y arena.

El pronóstico meteorológico señala que el efecto del anticiclón persistirá al menos hasta el fin de semana.

Consecuencias locales: de la rutina alterada al riesgo real

Para los limeños, el anticiclón trae consigo más que un día gris:

  • Transporte afectado: la neblina puede complicar el tránsito en zonas altas y en rutas con poca visibilidad.
  • Salud respingada: personas vulnerables (niños, ancianos, asmáticos) sufren más ante el aire frío y húmedo.
  • Impacto visual: el paisaje costero se ve envuelto en un velo gris, que cambia la estampa veraniega que muchos esperaban.
  • Patrimonio expuesto: zonas arquitectónicas expuestas al viento y la humedad requieren mayor atención de conservación.

Por qué Lima no puede escapar del mar

Aunque el anticiclón actúa sobre el océano, su influencia penetra la costa por mecanismos atmosféricos de subsidencia que inhiben la disipación rápida de humedad. La neblina costera —similar a la llamada camanchaca en otras latitudes— surge por la inversión térmica y la acumulación de vapor que no puede ascender hacia capas superiores.

Este sistema anticiclónico contribuye, además, a reforzar la corriente de Humboldt, uno de los pilares del clima árido litoral peruano.

Lima ha despertado con un clima prestado del invierno, como recordatorio de que las estaciones musicales pueden transponer sus compases. El anticiclón del Pacífico Sur no solo ha hecho subir la humedad y oscurecer las mañanas; ha puesto sobre la mesa la vulnerabilidad de una ciudad habitualmente acostumbrada al sol costero. Abrigos, paciencia y precaución serán compañeros durante estos días de transición, mientras el cielo sostiene un gris que no era previsto en esta primavera peruana.

Redacción: Mauricio Saldaña Pizarro