El presidente de Estados Unidos anunció una nueva oleada de aranceles que incluye un 100% sobre medicamentos de marca, 25% para camiones pesados y hasta 50% para gabinetes de cocina y baño. La medida busca blindar la industria local, pero enciende alarmas en Europa y Reino Unido.Un nuevo frente en la batalla comercial
Un nuevo frente en la batalla comercial
Donald Trump volvió a colocar a las tarifas en el centro de su política económica. Desde su plataforma Truth Social, el mandatario anunció una imposición del 100% a medicamentos de marca o patentados que ingresen al mercado estadounidense a partir del 1 de octubre, salvo que las farmacéuticas construyan plantas de producción en el país.
La medida se acompaña de un 25% a los camiones pesados, un 50% a gabinetes de cocina y baño, y un 30% adicional a muebles tapizados, configurando una ofensiva arancelaria sin precedentes en sectores estratégicos para el consumo masivo y la industria.

Farmacéuticas en alerta
El golpe más sonoro fue para la industria farmacéutica, uno de los sectores más globalizados. Aunque la medida excluye a los genéricos y a compañías con plantas en EE. UU., la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas pidió conversaciones urgentes para evitar daños colaterales a pacientes en Europa y América.
El Reino Unido, que exportó más de 6.000 millones de dólares en productos farmacéuticos al mercado estadounidense en 2024, expresó preocupación. No obstante, gigantes como GlaxoSmithKline y AstraZeneca, con planes de inversión multimillonarios en Estados Unidos, podrían quedar protegidos.
Proteccionismo sobre ruedas
En el sector automotriz, Trump justificó los nuevos aranceles del 25% a camiones pesados como una defensa contra la “inundación” de importaciones. La medida favorece a fabricantes locales como Peterbilt y Mack Trucks, aunque expertos advierten que muchas piezas provienen de México, Canadá, Alemania y Japón, lo que encarecerá costos de producción y, finalmente, los precios al consumidor.

El hogar, próximo campo de batalla
La ofensiva se extiende hasta los muebles y gabinetes, sectores dominados por importaciones de bajo costo. Con tarifas que llegan al 50%, el objetivo es proteger a los fabricantes estadounidenses frente a competidores globales. Sin embargo, compañías como Ikea ya advirtieron que los aranceles harán “más difícil” operar en el mercado norteamericano.
Impacto global y cálculo político
Los nuevos aranceles de Trump refuerzan su narrativa de defensa de empleos y manufactura nacional, pero abren un frente de tensión con aliados europeos y asiáticos. Economistas advierten que las medidas elevarán los precios al consumidor en un contexto de inflación contenida, pero aún sensible.
Más allá del impacto inmediato, la estrategia parece tener también un trasfondo político: blindar ingresos fiscales mientras los tribunales revisan la legalidad de sus aranceles globales, vigentes desde agosto.

El dilema de fondo
La jugada del presidente coloca a Estados Unidos en una encrucijada: ¿protección a la industria nacional o mayores costos para consumidores y socios comerciales? Lo cierto es que, con cada anuncio, Trump profundiza la incertidumbre en el comercio internacional, consolidando una era de confrontación económica que redefine las reglas del juego.
Redacta: Jade Bermeo